sábado, 5 de septiembre de 2009

Querido Cabezón:


Soy yo, el Mechudo, alias Astucia o Pericia, nunca se ha dilucidado quién es cuál para tal. Te escribo urgentemente con veinte años de retraso para decirte que oh fatalidad, al fin ha sucedido lo inevitable: nos hemos transformado en mujeres, ese gremio del que durante tantos años nos rehusamos a ser parte. El otro día oí decir que alguien me admiraba como mujer... es decir que he triunfado en la única batalla que no he librado.
La cosa es grave, ¿sabés qué es lo que más odio de volverse mayor? Lo cobarde que uno se va volviendo. Ahora miro con aprensión hasta a una salsa demasiado picante. Cumpliré cuarenta años sin haber llegado a ser una escritora de éxito, y la meta se aleja cada vez más. Ahora escribo con menos soltura que antes, ahora sería incapaz de cantar las alabanzas a la sotana del Reverendo Padre Minor, perfumadita de incienso y naftalina. Desde hace un tiempo no escribo lo que quiero temiendo a que nos demanden las Injurias y Calumnias, nuestras primas lejanas.
Desde que vivo en España he fingido tanto ser yo misma, que ya casi no sé quién soy.
Fdo,
El Mechudo
PS: el miércoles tal vez vaya a Portugal, a comer bacalao y comprar paños. ¿Se te ocurre algo más anodino? El turismo debería ser prohibido, al menos el turismo no sexual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario