lunes, 9 de agosto de 2010

Querido Cabezón mío:


Últimamente todo es tan confuso… Hay opiniones sobre todo y para todo. Gente racista, gente comunista, gente contra el aborto, gente a favor del aborto, gente capitalista, gente ecologista, gente contra la minería, gente contra el incesto, gente contra la pedofilia, gente contra la homosexualidad, gente a favor, gente en contra, gente a favor, gente, gente, gente en todas partes, opinando, dudando, apoyando, acusando, señalando. Gente, multitudes, masas, esto es la rebelión de las masas que anunciaran Ortega y Gasset al unísono, porque ellos eran como vos y yo, oh Cabezón, siempre firmaban todo juntos.
Aquí en España he venido a descubrir que yo soy “abortista”, palabra atroz que resuena a médico nazi con guantes de látex, ¿verdad? Pero no soy abortista porque promueva o aliente el aborto, sino porque sería incapaz de prohibirle abortar a una mujer. O dicho de otra forma: no me puedo imaginar a una mujer embarazada a la que se obliga a seguir adelante y parir. Qué horror sin fondo. No, no puedo obligar a una mujer a seguir adelante con un embarazo que no desea, existiendo los avances médicos para evitarlo.
También me siento incapaz de entrar a discutir si el aborto es un asesinato o no. Aún más, oh Cabezón teñido y planchado, te diré que obviamente hay algo vivo que es aniquilado. Pero justamente no me puedo parar a pensar eso porque es tan inconducente como discutir si Dios existe o no; y porque en última instancia, sea como sea, no puedo torturar a un ser humano sometiéndolo a un embarazo y una maternidad no deseados. Yo nunca –lo que se dice nunca– he querido ser madre. Sería una de mis peores pesadillas verme obligada a serlo… o que por no serlo tuviera que desistir de llevar una vida sexual… que es como decir desistir de la vida misma, para mí.
Cabezón, nunca te lo había dicho pero yo no puedo estar contra esa cosa espantosa que es el aborto porque he abortado y lo volvería a hacer. Yo estuve en ese infierno de verse embarazada sin querer, y lo que moralmente no puedo es negarles ahora a otras esa intervención que salvó mi vida, tal como yo la entiendo.
Fdo,
El Mechudo

1 comentario: