martes, 5 de julio de 2011

Se avecina TLC con el Vaticano

La posibilidad de firmar un Nuevo Concordato con el Vaticano tiene radiante a la feligresía ciudadana, que aguarda trémula la conclusión de uno de los procesos espirituales de mayor envergadura de los últimos  tiempos. Liderada por el exdiputado y experto en caligrafía Fernando Sánchez, actual embajador de Costa Rica ante el Vaticano, esta nueva alianza diplomática promete al país al menos 160 años más de ferviente catolicismo. Ante la creciente cantidad de gente que se opone al Concordato, Sánchez ya está redactando un memorándum para la ocasión.

Fernando Sánchez esperando a las musas mientras redactaba el texto
que lo haría famoso: el “Memorándum del Miedo”. (Foto de archivo)

El domingo pasado, ante miles de periodistas, Su Santidad se expresó a gritum pelis (a grito pelado, pues hubo un fallo en la microfonía) desde lo alto del balcón de la plaza de San Pedro: “Es muy fácil burlarse del Nuevo Concordato entre Costa Rica y nosotros, siguiendo la estela de los progres del mundo, que de todo hacen chota in nomine patris…”, puntualizó con un especial guiño a los periodistas ticos que le apuntaban con sus grabadoras de bolsillo, tratando de captar el divino mensaje.

Medidas que convienen a Costa Rica si se firma el TLC con el Vaticano:

-250 mil rosarios de cristal de Murano.
-100 mil crucifijos con verdadera madera de la santa cruz ("No de Santa Cruz", recalcó el Pontífice)
-23 mil sotanas diseñadas por el mismísimo John Galiano (quien recientemente se vio inmerso en un pleito con la comunidad judía).
-800 copias de la película Apocalipto, protagonizada por Mel Gibson, con un prólogo del padre Minor, serán repartidas en zonas de alto riesgo.
-18 mil niños nacidos en Costa Rica, de padres nicaragüenses, entre los 5 y 12 años, serán donados a la Santa Sede para su formación eclesiástica y gimnástica.
-El Vaticano se mostrará a favor del matrimonio homosexual si Costa Rica firma el Concordato.
-De aprobarse en el país la Fertilización In Vitro, El Vaticano se haría cargo de todos esos embrioncitos que se abortan en el laboratorio. Mientras se termina de implementar la Macro Incubadora Vaticana -tomada de un ingenioso prototipo diseñado por Stanley Kubrick- todos esos bebitos serían implantados en los vientres de los sacerdotes italianos que muestren más aptitudes para la maternidad.

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